miércoles, 28 de diciembre de 2016

Por todas las cosas que he perdido por ti.
Y por todo lo que arriesgue, y me quede sin nada.

Es tan difícil cuando ya sabes el cuento de memoria, pero prefieres cerrar los ojos y pensar que todo va a cambiar, que las cosas van a mejorar, que en serio quien te dijo que cambiaría, en realidad sigue siendo la misma persona de siempre.

No se puede hacer nada por alguien que no te valora, que no quiere valorarte, aunque lo jure, y aunque diga que lo hace.

Porque sabes que sigue, por que sabes donde queda todo, por que sabes donde termina la historia, te la sabes de memoria, y tu intuición no falla, solo la tratas de evitar, por que a pesar de todo el dolor, a pesar de todo, quieres cerrar lo ojos a todo lo que ya sabes, quieres cerrar los ojos y pensar que algún día todo cambiara.

Por mucho que lo desees, en algún momento te chocas la pared, te das cuenta de que no cambiara, que no pasara, y que no hay más opciones, aunque las quieras, aunque las desees, a veces no hay más escapatorias.

Solo te hundes, y no hay nada que puedas hacer acerca de ello, por que una primera vez es un error, una segunda vez es una lección, pero una tercera, una tercera no existe.

Porque no significa ser débil, no significa escapar, no significa no querer luchar por quien amas, es detenerse por alguien que no dio lo mismo, que no sintió lo mismo, a pesar de todo lo que diga.

Todo escapa de tus manos, y vuelves al punto de inicio, en el que te estancaste cuando todo esto comenzó, cuando todo se acabo, por que de alguna manera sabes ahí debió ser el final, por que de alguna manera te das cuenta, y sin aviso abres los ojos, y enfrentas la realidad.

Quien no quiere cambiar, no lo hará, no lo querrá, y jamás se comprometerá, alguien que no quiere, pondrá excusas, y aplazara lo que es inevitable.

Hay gente que se va antes de irse, y esta bien, hay de esas veces en las que seguir el camino solo esta bien, aprendes de lo que pase, aprendes del dolor, aprendes de lo malo, y sigues, sabiendo y no cometiendo los mismos errores, no haciendo lo que hiciste, y aunque duela, aunque los recuerdos ganen, de vez en cuando, aunque arda la piel, y el corazón.

A veces es mejor tomar una decisión más dura, la que parece el error, por que a veces "el error" es la que hace que la paz llegue, a veces "el error" es la decisión correcta, solo que duele y arde en el corazón, la que te rompe hasta no poder más.

Pero no hay nada que duela más que algo que te va rompiendo poco a poco, no hay nada que te haga sentir más vulnerable que una persona que te dañe tanto, y que no lo quiera cambiar.

Emocionalmente te cansa, físicamente también.

No hay peor ciego que el que no quiere ver.   

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